Soñar despierto.
Leer
un libro
es soñar despierto, dando rienda suelta a la imaginación, que
recorrerá los páramos de nuestra concurrida soledad cotidiana como
un caballo desbocado, sin riendas ni jinete, sin órdenes que acatar
en pos de su ansiada libertad, en pos de su calma y bienestar; y
escribirlo
es recoger al vuelo los susurros que duermes soñando, esos ecos que
tejerán con paciencia la telaraña de las historias que luego otros
soñarán despiertos, creyendo a veces que no hay más cierto que
aquello que se dice que "la
realidad supera a la ficción".
Pero soñar es gratis, y la realidad no.
Cierto
es, sin lugar a dudas eso que se dice, mas sin imaginación ni
fantasía la realidad sería cruda e insufrible y carecería de todo
color, y hasta el negro es un color bonito, aunque le desterraron del
arcoíris, tal vez, a traición.
Sin
embargo, qué fue antes en esto que divagamos: ¿la realidad o la
fantasía? Porque creo que solo se hace realidad lo que antes se
sueña, aunque solo se atrevan a soñarlo otros y no nosotros. Y por
eso... por vosotros, por mí también, atada a la realidad soñaré
despierta y libre como el viento escribiré dormida.
Y
así, soñaré y escribiré en verso tanto como en prosa, pues tengo
el alma dividida entre las dos y a ninguna podría renunciar sin
morir en el macabro intento de cercenar parte de lo que soy y siempre
seré: solo una pequeña hilvanadora
de historias,
a veces, imposibles; otras veces, tal vez, no.
Nos
vemos pronto, mis lectores, y aquí en verso os dejo mi presentación,
espero no haberos aburrido demasiado y haberos hecho pensar que
siempre hay algo que debemos intentar, pues mi intención no era otra
que dejaros con la suficiente hambre para saciarla en otra ocasión,
si queréis, por supuesto, sino, no, pues libre sois todos de volver
o marchar de esta web.