Mejores novelas de Warhammer Fantasy (1)

07.12.2022

Con la segunda entrega de Los escritos olvidados de Landterium de Eva Barón a punto de salir, vamos a aprovechar para repasar algunos de los mejores títulos del que sin duda es otro gran universo de fantasía. Os hablo de Warhammer Fantasy, del que ya os hemos hablado en otros artículos. Los títulos elegidos son seis, y en esta primera entrega tenéis los tres primeros. ¡Muy pronto dispondréis de la segunda entrega, con otros tres títulos recomendados!

EL ASCENSO DE NAGASH

Probablemente Nagash sea uno de los personajes más representativos y conocidos de Warhammer Fantasy. Tanto es así que incluso Age of Sigmar, el universo que reemplazó al mundo de Warhammer Fantasy tras su desaparición, lo tiene como uno de sus pilares. ¡Era por tanto necesaria una novela que narrase la historia del oscuro nigromante! El ascenso de Nagash es una trilogía que llena ese hueco y que nos cuenta todo lo relacionado con el popular personaje, desde sus inicios hasta su primera y en absoluto definitiva gran caída. Mike Lee, el autor, consigue crear una narrativa propia mediante la que desarrolla su propio mundo dentro de El Viejo Mundo. El resultado es un fascinante viaje a través del tiempo, viaje que abarca unos seiscientos años y que contará con otros pueblos de Warhammer Fantasy como invitados, tales como elfos oscuros o skavens.

El cierre de la trilogía, el relato Roer los huesos, ofrece unas pinceladas decorativas al final de la tercera novela, pero lo cierto es que no aporta demasiado por sí mismo. A juicio personal considero que incluso empaña el estupendo cierre de la historia de Nagash que aporta la última novela.

En cualquier caso estamos ante una novela muy recomendable para todos aquellos aficionados a Warhammer Fantasy, pero también para aquellos que disfruten de una buena historia de fantasía oscura o de espada y brujería, pues El ascenso de Nagash, en conjunto, tiene mucho de estos géneros, pese a que cuenta con el gran problema de que no hay un antagonista real que se oponga a Nagash, a diferencia de lo que ocurre con Neferata y Alcadizzar, quienes se convierten en antagonistas mutuos en dos historias entrelazadas que se desarrollan entre la segunda novela y la tercera y que a mi parecer roban por completo el protagonismo de una saga que lleva el nombre de otro personaje.

LA SECESIÓN

La de los elfos siempre ha sido una de las razas más populares de Warhammer Fantasy y uno de los innegables pilares de su, por lo que su propia historia resulta compleja y de gran importancia en el trasfondo global. Esta trilogía, La Secesión, recoge una etapa fundamental de esa historia y lo hace en forma de tres novelas escritas por Gav Thorpe y protagonizadas respectivamente por tres de los personajes más importantes de la mitología de los elfos. Se trata de Malekith, de El Rey Sombrío, y de Caledor, nombres que dan títulos a las diferentes novelas.

Malekith es hijo de la hechicera oscura Morathi y de Aenarion, el primer Rey. Es más conocido por ser el gobernante y líder de los elfos oscuros, la escisión de los altos elfos que se vuelca en la oscuridad y en los dioses del Caos. Es él, junto a su madre, el gran responsable del surgimiento del cisma que quebró la raza de los elfos en dos pueblos diferentes, uno consagrado a la luz y el otro a las tinieblas.

El Rey Sombrío está protagonizada por Alith Anar, señor de una Nagarythe condenada a quebrarse por los actos que Malekith desencadena durante La Secesión. Si la primera parte de la saga está envuelta en oscuridad y sangre debido al protagonismo de Malekith, la segunda es un torbellino de sombras, a causa de un personaje, El Rey Sombrío, quien, como su tierra, vive bajo la perpetua amenaza que suponen Malekith y sus elfos oscuros, amenaza que tan solo puede combatir con una frialdad y un odio muy poco habituales entre los suyos.

Finalmente, en Caledor encontramos el desenlace de La Secesión; de la división de los elfos. En esta historia, protagonizada por el poderoso hechicero elfo Caledor, confluyen las dos novelas anteriores para ofrecer un final épico y trágico a partes iguales. ¡Si queréis saber más, comprad el maldito libro!

LA LEYENDA DE SIGMAR

Existen pocos nombres en el universo de Warhammer Fantasy más conocidos que el de Sigmar, el rey dios de los hombres, y quien da nombre a Age of Sigmar, el mundo que reemplazó a Warhammer Fantasy. Sigmar, un personaje cuya figura recuerda mucho al Conan de Robert E. Howard y aún más a Wulfgar de Reinos Olvidados, es un bárbaro e hijo del líder de su pueblo, a quien pronto reemplaza como gobernante. Armado con un martillo de guerra forjado por los enanos, y con más pelotas que cerebro, Sigmar se lanza a la noble pero titánica empresa de reunir a todos los pueblos de los hombres, dispersos en diferentes pueblos y tribus, para convertirlos en un único y gran imperio que será el antepasado directo de El Imperio, uno de los pueblos más importantes de la mitología de Warhammer Fantasy.

La novela destaca por su épica, encarnada siempre en el poderoso Sigmar, un personaje cargado de fuerza y carisma y destinado a convertirse en el dios del imperio que él mismo forjó. A lo largo de la trilogía se enfrentará a otras tribus y pueblos de humanos, siempre con el objetivo de reunirlas a todas bajo un mismo estandarte, pero también combatirá contra orcos y goblins y contra otras amenazas que tratarán de convertir sus sueños de gloria en humo y cenizas. El broche de esta trilogía llena de épica lo pone la tercera novela, en la que Sigmar se las tendrá que ver nada más y nada menos que con el mismísimo Nagash. Será en una batalla que tendrá ecos no solo en la mitología de Warhammer Fantasy, sino también en la de Age of Sigmar.

CONCLUSIÓN

Si he de ser sincero, no logro decidir cuál de estos tres libros me gusta más, pues las tres sagas están repletas de fantasía y épica, y ofrecen además colosales historias en las que podremos ver nacer, crecer y morir a diferentes pueblos y civilizaciones. Estamos, sin duda alguna, ante tres de las mejores historias escritas para el universo de Warhammer Fantasy.

JOAQUÍN SANJUÁN